jueves, 24 de mayo de 2012

El comercio en la región
Si pensamos la importancia de los ríos hoy, como vía de transporte, a nosotros del Uruguay medio nos perecería ridículo, pero si lo vemos en perspectiva allá por 1750 a 1900 nos damos cuenta de la importancia que tenia.
Un camino real de mala calidad, inseguro, lento, inexistente ocasionalmente, sin ferrocarril hasta 1875, el río pasaba a ser una comunicación primordial y a veces la única manera de comunicarse.
Unos años, 1626, antes el padre Roque Gonzáles de Santa Cruz que integra la expedición que parte por el río Uruguay aguas arriba al mando del Oficial español Hernando de Sayas pasaron frente a Monte Caseros –Bella Unión, y en 1627 se funda Yapeyú.
El poblamiento del estado río Grande del Sur comienza a hacerse sentir alrededor de 1737, con el implante de algunas fortalezas como Puerto Alegre, luego vinieron a ocupar los yerbales y estancias que había confiscado a los jesuitas, esto no fue fácil, por que el cacique Sepe Tiaraju resistió, como vimos, a la entrega de las misiones a los comerciantes portugueses, y comenzó la guerra guaranítica por 1756.
Pacificada la región el comercio de yerba continuo y la “erva grosa de cancasu” fue una de las mercaderías más importantes.
Otro acontecimiento político, la guerra de farropillas, desde 1835 a 1845 altero el estado río Grande del Sur, la capital, río de Janeiro, del Imperio Portugues; había impuesto una contribución, a la exportación de carne y los estancieros se rebelaron contra el impuesto y declararon la independencia de la región sur, Paraná, Santa Catalina, Rió Grande.
El impuesto fue la gota que rebalso el vaso, había muchas cosas por las que revelarse una era que el Segundo Imperio, seguía con régimen de esclavos, llevo a Bento González da Silva, Lucas de Olivera, y Domingo Almeida entre otros a proclamar la separación.
La bandera de la republica tenía los colores de la bandera de España y Brasil, verde amillo y rojo; el militar y aventurero italiano, Julepe Garibaldi, participo del lado de la republica.
El Tratado de Poncho Verde puso fin a la guerra y se derogaron impuesto a la sal y las carnes. Años más tarde se dejaba la esclavitud.
Hacia 1850 los puertos donde mas se exportaba eran Uruguayana, Itaqui, y Sao Borja, y por las fronteras terrestres con Uruguay, llegando a la campaña de Buenos Aires esta yerba de río Grande, la yerba del Paraguay que era preferida por los porteños.
El río, lleno de cachueras que dificultaban la navegación, en épocas de creciente algunos vaqueanos podían pasar los Saltos frente a Concordia; sino se llevaban las mercaderías desde Federación a Concordia en carros.
Las mercaderías que llegan desde Montevideo o Buenos Aires lo hacían en pequeños barcos río arriba. Y entraban al interior de las provincias y al esto de Río Grande a través de los comerciantes que preferían la distribución de contrabando con un costo de 17 % , sin mucho tramite, a el 30 % de costos aduaneros burocráticos, llevando a Alegrete, Santa Maria, Cuarein, Paso Fundo, Cachoeira, Casapava, …
Muchas veces se introducían esclavos por estas rutas, a pesar de las prohibiciones, y las mercaderías preferidas eran la carne salada y productos locales de agricultura.
La Compañía de Navegación Fluvial era la empresa de transporte que llevaba mercaderías hasta los puertos de Brasil.
El contrabando abastecía la región con igual o más intensidad que el comercio legal, y muchos estancieros protegían a los contrabandistas, según dichos del vicecónsul de Salto ROU.
Se llevaban muchos caballos y mulas desde Corrientes a R. Grande del Sur, acompañados de madera y yerba desde Brasil a Argentina y Uruguay.
El tema no solo era “embromar” al fisco, sino disminuir los costos de la mercadería, por aduana, con mucha demora, costaba 40 % más que a los contrabandistas los que sin trámite bajaban las mercancías con un 15 a 18 % menos.
En 1879 el estado R. Grande y Mato Grosso obtuvieron una reducción arancelaria para 35 productos, lo que bajo el contrabando, pero con el establecimiento de la republica, Ruy Barbosa desarticulo los privilegios a esos estados y el contrabando volvió.
Hubo ensayos en las fronteras para evitar el contrabando con excepciones similares, en Argentina a los lugareños, de las ciudades fronterizas, se les otorgaba una tarjeta que permitía pasar por una suma mercaderías que estaban mas baratas en Brasil o Uruguay.
Alrededor de 1880 se instalaron en ambas orillas del río, saladeros en Barra de Cuarein y Mocoretá, que llevaban cueros salados a los puertos de Montevideo y Buenos Aires, pronto se competía en los mercados internos por la colocación del charque o tasajo, ya que los saladeros de Brasil dependían del ganado de Uruguay o Corrientes.
Por otro lado los productos tropicales de Brasil siempre competían con los productos tropicales de Colombia, Cuba, EEUU, en café, tabaco, arroz carolina.
Por sugerencia de Joao Pereira Puntos, cónsul en Buenos Aires se bajo los aranceles de exportación de los productos tropicales y se bajo los impuestos a la importación de charque de argentina, sosteniendo un trafico importante de los productos tropicales.
Para los años de 1890 se termino puerto Madero y con ello se terminaba la hegemonía del puerto de Montevideo en el río de la Plata.
Hay episodios sueltos que muestran desavenencias y acuerdos, por ejemplo en 1909 el gobierno de Brasil había negociado el libre acceso para sus exportaciones de café en el mercado norteamericano, a cambio de la obtención de una tarifa preferencial para el trigo norteamericano en el mercado brasileño. Esta estrategia comercial fue percibida por la diplomacia argentina como una maniobra para impedir la colocación de trigo argentino en Brasil.
Llegamos a épocas de guerra en Europa que obligaron a Brasil y Argentina a comenzar la industrialización para suplir la falta de algunas mercaderías, y surgen políticas de desarrollo que comienzan con industrias pesadas a cargo de los estados.
Después de Versalles, 1919, cuando las súper productoras de petróleo de Europa (Royal Deutch) y la de EEUU (Estándar oil) repartiéndose Irak y el Golfo Pérsico solo quedaron afuera de los monopolios privados la Argentina con YPF, y Rusia que nacionalizo la industria petrolera.
Humberto de Campos, escritor brasileño, dice en sus memorias secretas, publicadas recién en los 50: “mientras Irigoyen sea presidente, el Brasil no necesita armamentos”.
Una larga época de desconfianza mutua comenzó después del golpe a Irigoyen.
El Uruguay para entonces refugio a Gregorio Pomar, coronel que trato de volver al estado de derecho con una contrarrevolución al funesto gobierno de Uriburu.
Se fue tan lejos que se rompieron relaciones diplomáticas, y como siempre se pide a Inglaterra, como una mama fuerte, medie en las relaciones entre estos hermanos belicosos.
Golpes de estado, democracia, golpes de estado fue el modelo seguidos en toda la doliente América Latina, muchos inducidos por nuestra propia inoperancia y una oligarquía complaciente, y muchos inducidos desde afuera por fuerzas imperiales cuyo único interés fue sostener a las compañías saqueadoras de materias primas y su comercialización con el extranjero en principio y que luego se apropiaron de servicios esenciales como la distribución del agua, los sistemas de salud, la educación, el transporte, la provisión de energía, …
En 1933 el presidente Getulio Vargas y general Agustín P. Justo, firman varios convenios: Tratado de comercio y navegación; Convenio para prevención y represión del contrabando; Tratado de extradición; Convención para reglamentar la navegación aérea; Convenio sobre exposiciones de muestras y venta de productos nacionales; Convenio para el fomento del turismo; Convenios de intercambio intelectual y artístico; Convenio para la revisión de los textos de historia y geografía; Acuerdo para canje de publicaciones; Tratado Antibélico de No-Agresión y de Conciliación; y Puente internacional, de Paso de los Libres – Uruguayana, que el Congreso argentino ratifico con la ley 12.333, otorgando 2,5 millones de pesos para la construcción.
Por otro lado hay que tener en cuenta que de hecho no existe alineación a priori de ninguno de los dos países desde hace mucho tiempo, lo que facilita y evita la exacerbación de los conflicto.
Durante las Guerra I y I Argentina podía mantenerse al margen y así lo hizo, Brasil no podía quedar fuera e intervino. No coincidieron con la creación del TIAR, y tampoco hubo coincidencias en las aplicaciones, Caracas 1954, y Punta del Este 1962,a pesar que hubo acercamientos entre Frondizi y Kubistchek, y tampoco con el conflicto en Republica Dominicana hubo acuerdo, la administración Ilia estuvo del lado de Dominicana y no mando tropas a pesar despedido de EEUU; Brasil aprobó el grupo Contadora pero no participo de el.
Argentina ha tenido más tendencia a establecer cuestiones con gobiernos y Brasil con Estados.
Cuando el conflicto de Malvinas Brasil apoyo sin restricciones a Argentina, e Itamaratí pidió dos veces en la Naciones Unidas la reunión del Consejo de Seguridad.
Esta guerra precipito la entrega del poder por parte de los sediciosos y en 1983 la Argentina volvía al Estado de Derecho, luego Brasil en el 89 y cuando se inauguro el puente Tancredo Neves el Presidente Argentino dijo “es mi convencimiento que brasileños y argentinos tenemos ante nosotros nuevas responsabilidades históricas y que , con humildad con firmeza y serena confianza de que somos protagonistas esenciales y irrenunciables de una empresa común, estamos en condiciones de construir, con lo mejor de nosotros mismos, para hacer de esta América nuestra, un espacio renovado por la libertad, para la fraternidad y sobre la esperanza”.
Se dio comienzo a relaciones bilaterales que terminaron con el tratado de Asunción del MERCOSUR.

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